este libro tenía otro nombre
Cumplía 20 años de haberse editado el primer libro, había fallecido mi madre, mi habían robado mi cafetería en la Roma, había terminado una relación por demás intensa y nos mudamos Azul y yo a Cuernavaca: era un papá luchón con una libreta repleta de textos que retrataban todo esto. Le mandé mi preselección a Agustina, mi editora, y me devolvió una selección y un orden que acabó siendo uno de los libros de los que me siento más orgulloso. La portada es una intervención a la portada de “poemas de soledad y soldaditos”, me pareció que esto tenía que ver con la esencia del libro: 20 años después seguía contando la misma historia, seguía en la búsqueda de la felicidad, del camino de regreso a casa, solo que ahora desde otro punto en el mapa.